Hola a todos!
Estamos en el sprint final de nuestra peregrinación. Dentro de pocos días estaremos de vuelta, tras haber vivido una experiencia inolvidable.
Ayer, viernes, la organización nos reservó la mañana para realizar la peregrinación de la misericordia. En el año Jubilar de la Misericordia y con el lema de la JMJ: Bienaventurados los misericordiosos, no hace falta decir la importancia que ha dado el Papa al tema de la misericordia. Quiere que seamos misericordiosos en todos los ámbitos de nuestras vidas.
La peregrinación empezaba en el Santuario de San Juan Pablo II. Impresionante templo con una decoración de mosaicos muy bonita.
En la fachada principal, el lema que Juan Pablo II dirigió a todo el mundo a las pocas horas de ser elegido Papa: «Abrud las puertas a Cristo», mensaje que sigue sirviendo para hoy: Jóvenes, abrid las puertas a Cristo!!!
Dentro del santuario, pudimos ver el relicario con la sangre de San Juan Pablo II así como la sotana, aún con las manchas de sangre, que llevaba el día que le dispararon.
La entrada al Santuario era un hervidero de gente que quería visitarlo. Gente de todo el mundo queriendo recordar al Papa que marcóba tantas personas.
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Incluso nos encontramos con el Cardenal Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española y nos hicimos unas fotos con él.
El siguiente destino fue el cercano Santuario de la Divina Misericordia donde Santa Sor Faustina Kowalska vivió y recibió las revelaciones de la Divina Misericordia.
En una pequeña capilla celebramos misa. Estábamos tan hacinados y con tanto calor, que parecía una sauna.
Por la tarde teníamos el Via Crucis con el Papa en el parque Blonia. Fuimos andando desde el centro por la orilla del río Vístula con el castillo de Wawel al fondo.
En Blonia, de nuevo nos juntamos peregrinos de todo el mundo. Todos queriéndose hacer fotos con banderas de otros países.
Pero lo más importante era el mensaje que quería transmitir el Papa Francisco a los jóvenes.
El texto de lo que dijo el Papa lo podréis encontrar en internet. Nos quedamos con algunos de los mensajes que transmitió: «En la atención a los desfavorecidos y necesitados de misericordia nos jugamos nuestra credibilidad como cristianos». «Los jóvenes cristianos deben ser mensajeros de la esperanza».
Y como el otro día, lanzó una pregunta a los jóvenes: «Cómo queréis volver a casa? Dispuestos a cambiar el mundo?
Ahí quedan esas preguntas… Ahora nos toca a nosotros meditar y dar una respuesta coherente y valiente…
JMJ 2016 